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Por qué Vivimos en una Sociedad Desechable y cómo Cambiarlo
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ENGLISH – PORTUGUÊS El consumismo parece ser parte del pasado y la innovación y el desarrollo tecnológico es ahora la tendencia más popular. Podría ser que, además de haber sido enseñados a sentirnos inadecuados, a intentar reflejarnos en celebridades y “personas de éxito”, también se nos haya enseñado el hábito de usar y desechar? ¿Es posible que el consumismo no sea solamente algo que nos enseñamos a nosotros mismos, sino algo que fue hecho indeleble en nuestras vidas, en nuestro tejido humano, por un grupo de hombres de negocios que trató de garantizar que la sociedad financiaría sus empresas y estilos de vida por décadas? ¿Está este modelo de control social llegando a su fin o ha llegado ya a su fin? Uno de los últimos ejemplos que pueden ayudar a ilustrar el final de la sociedad de consumo es el iPhone de Apple. A medida que el mundo espera el lanzamiento del nuevo iPhone 7, ni siquiera la propia Apple parece estar segura de que la nueva versión de su producto estrella salvará su negocio para los próximos años. ¿Ha llegado al límite la sociedad de consumo? Si esto es así, ¿qué significa eso para el modelo de desarrollo actual en el primer mundo, donde la mayor parte de los nuevos productos se compran, y en el mundo en desarrollo, donde la tecnología por lo general llega con cierto retraso? La idea de que el consumismo se ha dibujado en nuestro ADN proviene de la premisa de la obsolescencia tecnológica; el concepto de que las cosas están hechas para tener una vida útil limitada, por lo que la gente debe salir y comprar una nueva versión de los objetos que aman; se deriva de documentos que datan de principios del siglo 20, en los que líderes de la industria acordaron limitar la utilidad de los artefactos tales como bombillas, carros y otros. (Ver documental abajo) En el caso de las bombillas, su esperanza de vida se redujo a propósito de 2.500 horas a sólo 1000 horas. Esta reducción en su vida garantizó que los consumidores tuvieran que salir y comprar nuevas bombillas más pronto, lo que mantendría las líneas de montaje de bombillas funcionando para siempre. Sí, todas las marcas de bombillas conocidas sabían sobre el plan de obsolescencia forzada y dieron su apoyo a la decisión. La obsolescencia tecnológica parece ser una política que la industria ha incorporado en sus productos. Eso es lo que muestra el documental de la BBC “Los Hombres que nos Hicieron Comprar“. Los episodios 2 y 3 de la serie documental se pueden encontrar aquí y aquí. ¿Qué será del mundo sin comsumismo? Entonces, ¿qué sigue para una sociedad cuya línea de vida consumista parece estar disminuyendo? Mientras el mundo parece estar rodeado por una nube de pesimismo sobre su futuro económico y político, y si bien las malas noticias parecen empañar la más mínima señal de buenas noticias, el consumo parece ser parte del pasado y la innovación y el desarrollo tecnológico es ahora la tendencia más popular. Mientras el consumismo muere, tal vez la humanidad puede concentrar los esfuerzos en trabajar juntos para resolver algunos de los problemas que ha dejado a un lado mientras gastaba sin límite por las últimas cinco décadas. Este parece ser el caso de la Universidad de la Singularidad, donde la gente trabaja día y noche para resolver algunos de los problemas más grandes que la humanidad enfrenta hoy en día, como suministrar agua potable a los que no tienen acceso a ella aprovechando el agua del océano, o el cultivo de alimentos en lugares donde el clima o las condiciones ambientales ordinariamente no lo permitirían. La llamada Singularidad es un concepto que ha sido criticado fuertemente pues parece estar concentrado en gran medida en la persecución de la inmortalidad para aquellos que pueden permitirse el lujo de pagar por ello, lo cual obviamente no es la mayoría de la población del planeta. Pero junto con las iniciativas de ese tipo, hay otros planes y programas paralelos derivados de las iniciativas privadas que han desarrollado tecnologías para que sea sencillo producir alimentos en medio del desierto o para transformar el agua de mar en agua del grifo a través de medios muy sencillos. Mientras que por el último medio siglo el ingenio humano se ha utilizado para producir juguetes de alta tecnología y armas para destruir el uno al otro, la necesidad parece haber llamando nuestra atención ahora para producir soluciones que garanticen el acceso a alimentos y agua para todos en el planeta. Mientras una crisis tras otra parece sacudir el mundo, Peter Diamandis cree que nuestro futuro es brillante. El co-fundador de la Universidad de la Singularidad cree que la tecnología pronto garantizará la totalidad de las necesidades básicas del planeta, tales como la energía, el agua, los alimentos, la salud y la educación. Esa es la forma en que explica su visión del futuro en un documental titulado “Un Futuro de Abundancia“. El documental, que cuenta como otros empresarios invierten recursos para ofrecer alternativas a la escasez de alimentos, la sequía y la falta de servicios de salud, explica cómo el avance tecnológico ya es parte de la solución a los retos de un mundo en rápida evolución, que experimenta cambios importantes no una vez por año, sino de un día para otro. Según Diamandis, los avances tecnológicos, cuando se pongan en práctica adecuadamente, van […]
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